CLIMA EMOCIONAL Y CONTROL DEL AULA
El manejo de la clase en el aula es la supervisión y el control efectivo que el profesor ejerce sobre sus alumnos con el propósito de crear y mantener en sus clases una atmósfera sana y propicia a la atención y al trabajo mental intensivo, desarrollando en los alumnos hábitos fundamentales de orden, disciplina y trabajo, e inculcándoles sentido de responsabilidad.
El manejo de la clase se propone simultáneamente objetivos inmediatos o instructivos y objetivos mediatos o educativos.
Los objetivos inmediatos o instructivos son:
a) Asegurar el orden y la disciplina necesarios para el trabajo en el aula.
b) Garantizar el mejor aprovechamiento del tiempo, llevando a los alumnos a rendir más en los estudios.
Hay tres tipos fundamentales de manejo de la clase:
a) Correctivo: consiste en la vigilancia rigurosa, castigándose a posteriori las infracciones cometidas por los alumnos.
b) Preventivo: consiste en prever las infracciones, anticipándose a ellas, y evitar sus causas impidiendo así su incidencia.
c) educativo: consiste en formar el espíritu de los alumnos para el autogobierno y la autodisciplina consciente en el trabajo y en el estudio.
Podemos señalar los siguientes principios y normas para el manejo de la clase:
1. Implantar y mantener una pauta de funcionamiento normal, dictando a los alumnos instrucciones específicas.
2. Mantener siempre una sucesión ordenada de las actividades de las clases, de modo que los alumnos se habitúen a ella, evitándose sorpresas que provoquen desórdenes en la clase.
3. Ocupación mental intensiva de todos los alumnos: El profesor debe, desde el principio, trabajar con toda la clase, ocupando la atención de todos los alumnos y dándoles tareas definidas e inmediatas para que las hagan; después de eso es cuando deberá atender a los problemas o dificultades individuales de cada alumno.
4. Rotación de los alumnos en las responsabilidades de clase: en vez de monopolizar todas las actividades de clase, el profesor moderno las distribuye por turnos periódicos (mensuales o bimestrales) entre sus alumnos, dándoles oportunidad para colaborar en los trabajos y participar de funciones de responsabilidad, tales como:
Recoger los deberes y repartir los apuntes multicopiados entre los condiscípulos.
Encargarse de manipular y conservar los equipos, libros y material auxiliar empleado en clase.
Cuidar de las puertas, ventanas, cortinas, interruptores.
El manejo de la clase en el aula es la supervisión y el control efectivo que el profesor ejerce sobre sus alumnos con el propósito de crear y mantener en sus clases una atmósfera sana y propicia a la atención y al trabajo mental intensivo, desarrollando en los alumnos hábitos fundamentales de orden, disciplina y trabajo, e inculcándoles sentido de responsabilidad.
El manejo de la clase se propone simultáneamente objetivos inmediatos o instructivos y objetivos mediatos o educativos.
Los objetivos inmediatos o instructivos son:
a) Asegurar el orden y la disciplina necesarios para el trabajo en el aula.
b) Garantizar el mejor aprovechamiento del tiempo, llevando a los alumnos a rendir más en los estudios.
Hay tres tipos fundamentales de manejo de la clase:
a) Correctivo: consiste en la vigilancia rigurosa, castigándose a posteriori las infracciones cometidas por los alumnos.
b) Preventivo: consiste en prever las infracciones, anticipándose a ellas, y evitar sus causas impidiendo así su incidencia.
c) educativo: consiste en formar el espíritu de los alumnos para el autogobierno y la autodisciplina consciente en el trabajo y en el estudio.
Podemos señalar los siguientes principios y normas para el manejo de la clase:
1. Implantar y mantener una pauta de funcionamiento normal, dictando a los alumnos instrucciones específicas.
2. Mantener siempre una sucesión ordenada de las actividades de las clases, de modo que los alumnos se habitúen a ella, evitándose sorpresas que provoquen desórdenes en la clase.
3. Ocupación mental intensiva de todos los alumnos: El profesor debe, desde el principio, trabajar con toda la clase, ocupando la atención de todos los alumnos y dándoles tareas definidas e inmediatas para que las hagan; después de eso es cuando deberá atender a los problemas o dificultades individuales de cada alumno.
4. Rotación de los alumnos en las responsabilidades de clase: en vez de monopolizar todas las actividades de clase, el profesor moderno las distribuye por turnos periódicos (mensuales o bimestrales) entre sus alumnos, dándoles oportunidad para colaborar en los trabajos y participar de funciones de responsabilidad, tales como:
Recoger los deberes y repartir los apuntes multicopiados entre los condiscípulos.
Encargarse de manipular y conservar los equipos, libros y material auxiliar empleado en clase.
Cuidar de las puertas, ventanas, cortinas, interruptores.